La cultura del consumo tiene como fundamento la
constante adquisición de bienes, según los dictados de la moda y la publicidad.
Estos mandatos alimentan la idea de que todo es descartable, y sus
consecuencias implican grandes daños al medioambiente. En este contexto han
surgido movimientos orientados a difundir soluciones ecológicas que pueden
implementarse a diario, en el hogar, sin esfuerzo extra. Si bien no se pueden
reparar los daños ya provocados, sí es posible inculcar hábitos a las jóvenes
generaciones mediante las famosas "tres R": reciclar, reutilizar,
reducir
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario